Los besos de la paz

El desierto es mudo, dicen:
Mudo de árboles y murmullo de ríos,
Pero cuando el desierto habla
Su voz de anciano sabio se levanta
Y señala con gesto vehemente 
Sitios, lugares, guaridas de fantasmas.
Dice nombres y fechas;
Momentos en que la más pura inocencia
Cayó destrozada por la violencia ciega.
Entonces fuimos viendo
Los rostros dolorosos,
Las miradas perdidas en un horizonte infinito,
Las bocas en expresión de asombro.
Por qué tenías que irte
Y no volver jamás, hermano mío?
Era tu sueño el martirio del verdugo,
O tenía tu rostro gentil,
Sencillo y amable
Un gesto,
Más allá del terror
En ese momento en que te pusieron allí,
Bajo la arena suave,
Como piel de la amada que dejaste tan lejos?
Y pensaron que el desierto callaría,
Que ignoraria
El reclamo devastado del doliente,
Y que el llorar del viento
Sobre las dunas
No diría el lugar exacto de tu sueño.
Ingenuos y malvados fueron
Los que sembraron tantas vidas
En el vientre maternal de las arenas.
Hoy volvieron ustedes,
Los antiguos tragados por el tiempo,
Que ahora yacen bajo la tierra amada,
Cubiertos por los besos de la paz.

Jorge Arturo Ortiz©